Un árbol nunca va a florecer y mucho menos dar fruto si antes no tiene raíces; y profundizar las raíces no es más que dedicarle tiempo, espacio y lugar a aquello que anheleas ver florecer en tu vida;
por esa causa es que no has podido contemplar con tus ojos el florecimiento y los frutos deleitantes que tanto has esperado.
Hoy es el día en que empieces a profundizar raíces donde estas plantado. Si hasta este día vivías ilusionado con el deseo de ver florecer muchas aéreas de tu vida pero parece que nunca veras lo que tanto anhelas, que tal si oramos a Dios.
Padre Nuestro que estás en los Cielos en este momento me rindo a ti; y gracias te doy porque me haces entender que para poder ver florecer y dar fruto en distintas aéreas de mi vida debo haber echado raíces; hoy me propongo profundizar las raíces en todas las aéreas de mi vida en el Nombre de Jesús, Amén...
Qué hermoso pensamiento, podemos ser una luz en donde nos encontremos, no importa el lugar ni las condiciones. Cuando Jesucristo reclutó a sus discípulos, los hizo en tierras de Galilea que estaban plagadas de críminales, malandrines y malvivientes, porque era donde encontraría a la gente que necesitaba. La luz brilla más en la oscuridad.
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