domingo, 28 de agosto de 2016

No me acostumbro al olvido

No me acostumbro al olvido

No me acostumbro a que los nombres de personas que le son queridas caigan en el olvido, ni a ver su mirada perdida, ni a su caminar sin sentido, a que se quede en blanco buscando una palabra. A no saber qué le pasa por la cabeza cuando no quiere comer, a no saber ya qué contestarle cuando me dice que quiere ir a casa.

Sé que está perdiendo la memoria, que los médicos le han diagnosticado que tiene demencia tipo Alzheimer, me he informado ampliamente sobre la enfermedad de Alzheimer e intento seguir todos los consejos que me ofrecen los profesionales y los cuidadores que tienen o han tenido algún familiar con la misma dichosa enfermedad.

Pero, me duele verle así, tan indefenso ante esta cruel pandemia que está azotando nuestras vidas por completo, tan perdido luchando por recordar algo olvidado en su memoria, perdido en un mundo que no entiendo y en el que no puedo entrar.

Sé que cuando no estoy me extraña, (o por lo menos, eso quiero creer) y que nadie le cuidará tan bien como yo lo hago, a pesar de que a veces, hago lo que puedo y como puedo. Pero también necesito de mis ratos propios para poder descansar de sus idas y venidas, de sus preguntas incesantes. Necesito más tiempo para ordenar todo aquello que desordena buscando no sé qué cosas.

Esta situación me ahoga el alma, no consigo habituarme a esta maldita enfermedad que le está robando todos y cada uno de sus recuerdos y cada vez le cuesta más situarse en los sitios, las palabras fluyen menos y tengo miedo de no saber si tiene dolor, molestias ni la palabra justa que quiere expresar.

Lo más gratificante de toda esta vivencia, es cuando su mente conecta con un simple detalle: una caricia, una sonrisa, un niño, alguien conocido, una vieja fotografía, una palabra, y entonces me doy cuenta, su mirada se vuelve más limpia y una sonrisa asoma de sus labios y sé que está bien.

No sé si lo hago bien o mal, sólo mi amor, mi buena fe, mi intuición, todo lo que hemos vivido juntos y mi propia memoria de lo que he aprendido con el tiempo, es lo que me guía para cuidar.

SI ME OLVIDAS, YO RECORDARÉ POR TI

Ver más: https://www.alzheimeruniversal.eu/2015/06/18/no-me-acostumbro-al-olvido-cartas-alzheimer/
© Alzheimer Universal

sábado, 20 de agosto de 2016

IDEAS DELIRANTES EN LOS PACIENTES CON ALZHEIMER. -QUIERO IRME A CASA… -QUIERO VER A MI MAMÁ…


Las ideas delirantes son ideas equivocadas que la persona enferma percibe como reales.
Si bien en algunas oportunidades pueden ser producto de sus olvidos *se olvido de que su madre murio,pero al recordarselo lo acepta*
Olvido donde dejo el dinero y acusa al cuidador de haberselo robado, en otros casos puede no recordar su casa actual, posiblemente porque solo recuerde su casa de la infancia, e incluso creer que lo tienen secuestrado.
Tambien puede reclamar ver a los seres queridos que han muerto hace tiempo y enojarse cuando se le dice de que ya no estan, acusando a alguien que no lo deja reunirse con ellos.
En todos estos casos estamos frente a una idea delirante.
Esto es algo que se presenta con frecuencia y ,ciertamente, es bastante doloroso para el cuidador.
Tipos mas frecuentes de IDEAS DELIRANTES.
*Alguien les roba cosas.
*La casa en la que viven no es la de ellos.
*El conyuge o el cuidador es un impostor.
*Sospechas de infidelidad.
*Quejas por abandono.
*Pensar que quieren envenenarlo.
Las ideas delirantes son frecuentes en el transcurso de la enfermedad.
Sin embargo, si es la primera vez que aparecen, si lo han hecho bruscamente, siempre se debe consultar al medico a la brevedad.
La aparicion repentina de las ideas delirantes pueden deberse a alguna causa reversible y tratable -infeccion, efecto adverso de algun medicamento, etc-
En este caso, como en la mayoria, pueden recurrir a las estrategias conocidas, distraigan al enfermo y no lo contradigan directamente.
A continuacion les voy a sugerir algunas situaciones que pueden servir para afrontar episodios de delirio.
Cuando quiere ver a alguien que a muerto.  *Si el enfermo no recuerda que sus padres o algun otro familiar querido al que piden ver a muerto, en el momento en el que ustedes le digan sera como si el enfermo se acabara de enterar de la muerte de esa persona a la que quiere ver.
Es posible que ustedes no se sientan bien acultandole la verdad e inventando excusas como …ya va a venir… o …esta de viaje… que son opciones que muchas veces se usan para evitar enfrentarlos a estas situaciones.
Es un tema muy dificil, por eso siempre hay que tratarlo con mucho cuidado y en cada caso en particular.
Siempre intenten con la distraccion, tratando de que no sientan de que lo estan evitando.
Recuerden que aun cuando alguna vez hayan decidido decirle que su madre ha muerto hace años, el paciente lo haya entendido y aceptado, esto no significa que no volvera a preguntarlo y ustedes a pasar por la misma situacion.
Siempre pueden pueden pedir asesoramiento con el medico o en reuniones de familiares, pero posiblemente la decision final depende de ustedes.
Cuando no reconoce su casa.  *Puede ser util mostrarle al enfermo cosas a las que les tenga particular aprecio.  Por ejemplo -Este es tu casa…, mira, aca esta tu sillon preferido, o tu libro, o tu maquina de coser, etc.
Cuando piensan que le roban.
*Intenten dandole la razon, asumiendo que el objeto esta perdido y ayudandolo a buscarlo. Mientras tanto sigan tratando de distraerlo.
*Averiguen si la persona tiene un escondite favorito.
No le digan que ustedes lo conocen porque sera una forma de encontrar cosas que el cree que ha perdido y ustedes saben donde estan.
*Tengan repuesto de las cosas principales -llaves, por ejemplo- y si se pierde algo revisen los residuos.
*Contesten suavemente a las acusaciones, no a la defensiva.

Diagnostico precoz

Hay dos razones fundamentales que justifican la necesidad de un diagnóstico precoz:
  • El diagnóstico permite comprender los síntomas de la enfermedad y, una vez diagnosticada la patología, ya se puede prescribir una terapia o tratamiento.
  • El tratamiento de las demencias en las primeras fases de la enfermedad es mucho más eficaz. 

Partimos de que los fallos de memoria no son siempre los síntomas de una incipiente demencia. Las facultades mentales se alteran con la edad, pero envejecer no es una enfermedad ni demencia. Con la vejez la velocidad de asimilación de las informaciones disminuye lo que repercute sobre las capacidades de aprendizaje y de memorización. Por ello muchas personas mayores se muestran con frecuencia distraídas; y, a su vez, dicha “distracción” les lleva a creer que comienzan a padecer una demencia, cuyo síntoma principal consiste en deficiencias de la memoria.
Sin embargo, gracias a los tests neuropsicológicos se llega a distinguir claramente entre los fallos de memoria relacionados con la vejez o con una demencia incipiente.
Cabe destacar que los primeros cambios que sufren los enfermos de Alzheimer se refieren a lagunas de memoria, dificultades de lenguaje, problemas de orientación, dificultad de reconocer objetos y personas habituales o de planificar y realizar actividades de la vida cotidiana, comportamientos extraños e inhabituales o alteraciones de la personalidad.
No siempre los enfermos de Alzheimer y sus familiares perciben estos cambios que están sufriendo durante la fase inicial. Y si el enfermo se da cuenta, puede sentir vergüenza y negar sus fallos o comportamientos extraños e incluso ocultarlos con diversas estratagemas. Esto provoca malentendidos y discordia con los familiares, ya que estos últimos sí son capaces de percibir cambios en la personalidad del enfermo si bien no comprenden por qué se comporta de manera inadecuada. Y es que al principio no se “ven” los síntomas de la enfermedad; por el contrario, lo que se percibe son fallos esporádicos más o menos destacables según las facultades anteriores del paciente.
Cuando estos fallos de comportamiento provocan un sentimiento de miedo y de inseguridad, llega el momento de acudir al médico para determinar si es necesario un examen con profundidad realizado por un especialista.
Realizar este examen –que consiste en análisis de orina y de sangre, así como electrocardiogramas- lo antes posible se revela importante por varias razones:
  • Permite salir de dudas a todas las personas implicadas, ya que puede averiguarse que el enfermo padece una enfermedad curable como depresión, carencia de vitamina B12, desarreglos hormonales. El examen neuropsicológico es indispensable para evaluar las capacidades intelectuales del paciente de manera que se pueda determinar si padece demencia o no
  • Aunque el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer produzca ciertamente un fuerte impacto, su conocimiento abre las puertas a nuevas perspectivas ya que finalmente las personas afectadas saben a qué se enfrentan.
  • Los comportamientos erróneos del enfermo dejan de ser considerados una falta imputable a la persona y, en su lugar, se explican bajo los efectos de la demencia. En consecuencia, las tensiones y disputas se atenúan.
  
Una vez establecido el diagnóstico en el que se constata la enfermedad de Alzheimer, comienza un periodo de aprendizaje y adaptación a los diversos problemas que se plantean con el desarrollo de la enfermedad.
   El diagnóstico precoz permite tomar decisiones acerca del futuro del enfermo cuando éste es todavía capaz de valerse por sí mismo. Por ejemplo, sería posible redactar el testamento u otras disposiciones que pueda desear el paciente. Pero, sobre todo, el diagnóstico permitirá una planificación de recursos y esfuerzos de los familiares o cuidadores informales para atender al enfermo.
   Aunque por el momento el Alzheimer es una patología incurable, se reconoce que los tratamientos farmacológicos producen efectos positivos, sobre todo en los primeros estadíos de la enfermedad.    El objetivo de las terapias existentes consiste en influenciar en el metabolismo cerebral. Así, los tratamientos no curan la enfermedad ni impiden su evolución a largo plazo pero favorecen la mejoría de las capacidades intelectuales del enfermo durante las primeras fases de la enfermedad, o al menos, el retraso o una ralentización del deterioro.

sábado, 13 de agosto de 2016

AMAR A UN ADULTO MAYOR

Amar a un adulto mayor…
Es tener la paciencia de escuchar repetidas ocasiones historias del pasado, de lugares que ya no existengetImage y de costumbres que ya no se practican, porque todo lo demás es difícil de recordar.
Es comprender que escaparon de nuestro mundo, para vivir en uno propio llamado “demencia”.
Es ayudarlos a realizar actividades, que muchas veces ellos(as) hicieron por nosotros cuando eramos niños(as).
Es convertirse en sus manos o sus pies, porque los suyos ya no funcionan como antes.
Es olvidarse de la frase “a mi no me toca” y hacerlo todo con gusto, como si fuera para nosotros(as) mismos(as).
Es comprender que son personas muy valiosas, que son poseedores de algo que ningún ser humano, ni aún con todo el dinero del mundo podría adquirir de un momento a otro si quisiera: “experiencia”.
Que conservan uno de los más grandes tesoros que todos deseariamos de jovenes: “sabiduría”.
Pareja_ancianosQue pueden actuar de una forma inigualable ante las contrariedades de la vida porque tienen algo que muchos añoran y no consiguen: “paciencia”.
Y más que eso, están llenos de algo que le falta al mundo entero y que nos convertiría en mejores seres humanos, si tuvieramos sólo un poco del que ellos y ellas tienen para dar: “amor”.
Amar a un adulto(a) mayor es un mandato divino “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y más aún cuando nuestro prójimo más cercano es uno o una de estos seres excepcionales, que tienen tanto que darnos, si tan solo nos dispusieramos a recibirlo.
Si tan solo pudiéramos comprender que algún día, el tiempo también agregará luces plateadas a nuestros cabellos y se encargará de que vivamos en este mundo, en donde ellos y ellas viven ahora; un mundo que muchas veces está lleno de falta de oportunidades, desprecio, incomprensión e impaciencia por parte de los que les rodean, ese mundo es el que en un futuro no muy lejano, todos y todas nosotros(as) cosecharemos los frutos que estemos sembrando el día de hoy.
Por Lic. Alejandra Marín Jiménez, Enfermera del Grupo Numar, Costa Rica

Salud bucal en pacientes con Alzheimer

Si usted está cuidando a alguien que sufre Alzheimer, aquí hay algunos consejos y técnicas de la Asociación de Alzheimer para ayudar a mantener una buena salud de la boca en estos casos.
1. Cepillar los dientes dos veces al día.
• Para que la limpieza de los dientes sea menos pesada, busque un cepillo de dientes que el paciente pueda manipular y que también sea fácil de usar para usted y otros cuidadores, si la persona necesita ayuda. Un cepillo de dientes eléctrico puede ser una buena opción, si el paciente puede tolerar la sensación de vibración
• Si la pasta dental hace que el proceso sea más difícil, omítala.
• Pregúntele al dentista si el paciente puede usar un gel con flúor o un enjuague para mantener el esmalte dental resistente.
2. Usar hilo dental una vez al día.
• Un portahilo puede facilitar el uso del hilo dental a quienes no son muy hábiles con los dedos. Los palillos especiales son una buena alternativa si el paciente aprieta los dientes.
• Consulte al dentista acerca del uso de una solución antimicrobiana para proteger las encías.
3. Limpiar la boca y la dentadura postiza después de cada comida.
• Algunos pacientes con Alzheimer no tragan bien. Limpie la boca del paciente eliminando cualquier resto de alimento y enjuáguela después de cada comida.
• Saque la dentadura postiza del paciente para limpiarla después de cada comida.
• Usando un cepillo de dientes con cerdas suaves, cepille suavemente las encías y el paladar del paciente.
4. Examinar visualmente los dientes y encías del paciente una vez al mes.
• Consulte al dentista del paciente sobre cualquier punto conflictivo que usted deba vigilar.
• Si las encías sangran o están inflamadas o enrojecidas, el paciente puede tener enfermedad de las encías y tendrá que visitar al dentista.
5. Programar visitas frecuentes al dentista (a partir del diagnóstico).
• Tenga una lista actualizada de los medicamentos del paciente para su dentista y para todos los trabajadores de cuidado de la salud.
• Acuda a un dentista lo antes posible si el paciente tiene dificultad o dolor al masticar o tiene mal aliento.