sábado, 18 de noviembre de 2017

Caídas en personas mayores

Caídas en personas mayores

Las caídas son la forma más frecuente de accidentes en personas mayores. Se estima que, alrededor de un tercio de los ancianos que viven en sus casas y la mitad de los que viven en residencias tienen al menos una caída al año.

☞ Lesiones importantes
De los indiviuos que sufren una caída, entre el cinco y el veinticinco por ciento, es habitual que presenten lesiones relevantes,

De entre quienes requieren ingreso hospitalario por tal causa, tan sólo el cincuenta por ciento sobrevive un año después.

De aquí la importancia vital que tienen las caídas en los ancianos y la imperiosa necesidad de incidir en su prevención.

☞ Consecuencias físicas
Además de poder llegar a la muerte si la caída es fuerte, las consecuencias físicas de las caídas en personas mayores pueden ser fracturas, lesiones graves de cadera, del radio, húmero y pelvis.

– Contusiones y heridas que provocan dolor desencadenando una situación de inmovilidad indeseada que se alarga en el tiempo.

– Lesiones neurológicas. Por hematomas subdurales y contusiones cerebrales.

– Lesiones asociadas a largas permanencias en el suelo, como hipotermia, que a edades avanzadas ocasiona complicaciones graves.


☞ Consecuencias psicológicas
Se trata del síndrome postcaída, que incluye:

– miedo a volver a caer

– pérdida de la autonomía personal

– pérdida de la autoestima

– alteración de los hábitos de vida

– actitudes sobreprotectoras de cuidadores y familiares

– ansiedad y depresión


☞ Forma de levantarse tras una caída
– Desde el suelo, intentar darse la vuelta para colocarse boca abajo

– Adoptar una posición de gateo.

– Tratar de incorporarse apoyándose en un mueble de base estable y sólida, o con el apoyo de una de las piernas si no hay otro medio.

https://alztivista.wordpress.com/2017/11/18/caidas-en-personas-mayores/

lunes, 13 de noviembre de 2017

Oremos por los enfermos de Alzheimer

OREMOS POR LOS ENFERMOS DE ALZHEIMER

Ora por mí, yo fui como tú.
Se amable y cariñoso conmigo trátame bien como yo te hubiera tratado.

¿Recuerdas que una vez fui padre y esposo?
Yo tenía una vida y un sueño para el futuro.

Háblame, te oigo, incluso si no entiendo lo que estás diciendo.
Háblame de las cosas de mi pasado, de las cuales todavía se pueden relacionar.

Sé considerado conmigo, mis días son una lucha.
Piensa en mis sentimientos, porque todavía los tengo, y puedo sentir dolor.

Trátame con respeto porque yo los lo hubiera tratado de esa manera.

Piensa en cómo era yo antes de que llegara la enfermedad de Alzheimer, estaba lleno de vida, yo tenía una vida, te hice reír y te amé.

Piensa en cómo estoy ahora, Mi enfermedad distorsiona mi forma de pensar, mis sentimientos y mi capacidad de respuesta, pero yo aún te amo incluso si no puedo decírtelo.

Piensa acerca de mi futuro porque también tengo uno.
Recuerdo que estaba lleno de esperanza para el futuro al igual que hoy.

Piensa en cómo sería tener las cosas bajo llave en tu mente y no poder dejarlos salir.

Necesito que me entiendan y no me culpes, por la enfermedad de Alzheimer.

Todavía necesito de compasión y, sobre todo, todavía necesito que me ames.

Mantenme en tus oraciones porque estoy entre la vida y la muerte.
El amor te hará ser una bendición de Dios y los dos viviremos para siempre.

Vive en amor y lo que hagas hoy será recordado siempre en el corazón de los pacientes de Alzheimer.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Recuerda Mis Olvidos

Recordamos tus olvidos,
y tratamos de que no olvides tus recuerdos,
porque no olvidamos que no recuerdas,
y te abrazamos y sonreímos;
¿por qué sonríes…?
Sonries porque te queremos.

#ConcienciaAlzheimerYOtrasDemencias

Alztivista

sábado, 4 de noviembre de 2017

Cuando los padres envejecen

Cuando los padres envejecen…

Querido hijo… querido nieto…

El día que me veas mayor y ya no sea yo, ten paciencia e intenta enterderme.

Cuando, comiendo, me ensucie; cuando no pueda vestirme: ten paciencia, recuerda las horas que pasé enseñándotelo.

Si cuando hablo contigo, repito las mismas cosas mil y una veces, no me interrumpas y escúchame.

Cuando eras pequeño, a la hora de dormir, te tuve que explicar mil y una veces el mismo cuento hasta que te entraba el sueño.

No me avergüences cuando no quiera ducharme, ni me riñas; recuerda cuando tenía que perseguirte y las mil excusas que inventaba para que quisieras bañarte.

Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, te pido que me des el tiempo necesario y no me mires con tu sonrisa burlona.

Te enseñé a hacer tantas cosas… comer bien, vestirte… y como afrontar la vida; muchas cosas son producto del esfuerzo y la perseverancia de los dos.

Cuando en algún momento pierda la memoria o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo necesario para recordar; y si no puedo hacerlo, no te pongas nervioso, seguramente lo más importante no era mi conversación y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.

Si alguna vez no quiero comer, no me obligues; conozco bien cuando lo necesito y cuando no.

Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar, dame tu mano amiga de la misma manera en que yo lo hice cuando tu diste tus primeros pasos.

Y cuando algún día te diga que ya no quiero vivir, que quiero morir, no te enfades; algún día entenderás que esto no tiene nada que ver contigo, ni con tu amor, ni con el mío.

Intenta entender que a mi edad ya no se vive, sino que se sobrevive.

Algún día descubrirás que, pese a mis errores, siempre quise lo mejor para ti y que intenté preparar el camino que tu debías hacer.

No debes sentirte triste, enfadado o impotente por verme de esta manera.

Debes estar a mi lado; intenta comprenderme y ayúdame como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir.

Ahora te toca a ti acompañarme en mi duro caminar.

Ayúdame a acabar mi camino, con amor y paciencia.

Yo te pagaré con una sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido.

Te quiero hijo.

Tu padre, tu madre, tus abuelos…