La enfermedad de Alzheimer es la causa más habitual de demencia.
La demencia es un término general que describe un deterioro de la capacidad mental, lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria.
El Alzheimer es una enfermedad cerebral que causa problemas con la memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse.
Esta enfermedad no es una forma normal del envejecimiento. Es progresiva. Sus primeras fases se caracterizan por una disminución selectiva de la memoria; sus fases intermedias por confusión, irritabilidad, ansiedad y deterioro del habla; y en sus fases avanzadas el paciente se deteriora hasta el punto de que le resultan difíciles repuestas simples como tragar o controlar la vejiga.
Su diagnóstico definitivo tiene que realizarse a través de la autopsia, ya que no es la única enfermedad que produce demencia. En las autopsias, es frecuente encontrar formaciones de placas amiloides debido a los depósitos de una sustancia de localización extraneuronal llamada proteína β-amiloide y de ovillos neurofibrilares que se deben a la acumulación intraneuronal de la proteína tau hiperfosforilada asociada a los microtúbulos.
Estas alteraciones se encuentran en todo el encéfalo pero especialmente en la corteza entorrinal, la amígdala y el hipocampo, estructuras que se van atrofiando progresivamente a medida que avanza la enfermedad.
En la actualidad, no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer.
No obstante, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar o retrasar sus síntomas durante algún tiempo, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad.
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