SUGERENCIAS PARA VIVIR EL DUELO (…y sobrevivir).
LOS DOS DECÁLOGOS:
LOS 10 SÍ:
1.- PERMISO: Date el permiso de sentirte mal, necesitado, vulnerable. Métete en el duelo con todas sus consecuencias.
2.- CONFIANZA: Confía en tus recursos para salir adelante. Acuérdate de como resolviste anteriores situaciones difíciles en tu vida. Respeta tu propio ritmo de curación. Estas en condiciones de afrontar lo que sigue porque una vez que comienzas el camino del duelo, lo peor ya ha pasado.
3.- NUEVOS OJOS. NUEVAS PUERTAS: ¿Qué de bueno podría venir de esta pérdida?
4.- ACEPTACIÓN: Aunque sea la cosa más difícil que has hecho en toda tu vida, ahora tienes que aceptar esta dura realidad. La muerte siempre llega, demasiado tarde o demasiado temprano, siempre es un mal momento para que la gente se muera. Visitar el cementerio o lugar donde se esparcieron las cenizas puede ayudar.
5.- CONEXIÓN CON LA VIDA: La vida te está esperando con nuevas posibilidades. No hay nada malo en querer disfrutar, querer ser feliz, querer establecer nuevas relaciones. El duelo es establecer que lo muerto queda fuera pero que mi vida continúa.
6.- GRATITUD: Valorar los vínculos (familiares, amigos, pareja, sacerdote, terapeutas) que están presentes en nuestra vida, que siguen con nosotros aún en esta situación de catástrofe. Todo sería quizás mucho más difícil sin ellos, y me refiero a gente que acepta mi confusión, mi dolor, mis dudas y seguramente mis momentos más oscuros.
7.- LAS TRES “D”: Mucho Descanso, algo de Disfrute y una pizca de Diversión: Recuerda que hasta el ser querido que no está querría lo mejor para ti. Los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de los buenos.
8.- APRENDIZAJE: Es aprender a tomar nuevas decisiones por ti mismo, aprender a desempeñar tareas que antes hacía otro, aprender nuevas formas de relacionarte con la familia y amigos, aprender a vivir con algo menos.
9.- DEFINICIONES: Es importante que, crea lo que crea que haya después de la muerte, tenga una posición tomada y definida acerca de ello.
10.- COMPARTIR LO APRENDIDO: Cuanto lleves una parte del camino del duelo recorrido, háblales a otros sobre tu experiencia. Enséñales a no minimizar la pérdida, ni a menospreciar el camino. Contar a otros lo que aprendiste de tu experiencia es la mejor ayuda para sanar a otros haciéndoles más fácil su propio recorrido, e increíblemente facilita tu propio rumbo.
LOS 10 NO.-
1.- ESCONDERSE: Si hay algo que opera siempre aliviando el trayecto es justamente encontrar la forma y darse el permiso de sentir y expresar dolor, la tristeza, la rabia, el miedo por lo perdido. Te mereces el derecho de llorar cuanto sientas. Llorar es tan exclusivamente humano como reír. El llanto actúa como una válvula liberadora de la enorme tensión que produce la pérdida. Cuando las penas se comparten su peso dse divide. Cuando el alma te duele desde adentro, no hay mejor estrategia que llorar.
2.- DESCUIDO: Presta atención a tu propio cuerpo. Imponte, tras unas semanas de duelo, un horario de comidas, sueño,… y síguelo. Aliméntate bien y no abuses del tabaco, alcohol ni medicamentos, y éstos últimos siempre a criterio médico y nunca por los consejos familiares, amigos y vecinos “bienintencionados”.
3.- NO TE APURES: Recorrer el camino requiere tiempo y dicen que el tiempo lo cura todo, pero cuidado, que el tiempo solo quizás no sea suficiente. Lo que realmente ayuda es lo que uno hace con el tiempo. No te crees expectativas mágicas. Estate preparado para las recaídas. Pensarás que un suceso inesperado, una visita, el aniversario, la Navidad te vuelve al principio, pero NO es así.
4.- OLVIDAR LA FE: No pidas que las cosas se resuelvan de la manera que quieres que se resuelvan, sino que pide a Dios en su lugar que nos ayude a aceptar los cambios y nos ayude a ver las opciones.
5.- AUTOEXIGENCIA: No te maltrates, respeta tus tiempo y espacios. Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. TUS tiempos son TUYOS. Recuerda que el peor enemigo del duelo es no quererse.
6.- EL MIEDO A VOLVERSE LOCO: Necesitas sentir dolor y todas esas emociones que le acompañan: tristeza, rabia, miedo, culpa. … habrá personas que te dirán : “Tienes que ser fuerte”. NO les hagas caso. No tienes que ser nada ni dejar de ser nada. NO tiene que dar explicaciones ni permisos, ni sentirte mal por no ser del todo coherente en algunos instantes. Tu alma ha sido mutilada y hoy se resiente de lo que le falta.
7.- PERDER LA PACIENCIA: Ignora los intentos de algunas personas de decirte cómo tienes que sentirte y por cuanto tiempo; NO TODOS comprenden lo que TÚ estás viviendo. Ten paciencia y no te preocupes de complacerlos. Apártate mas bien un poco gentilmente y busca a quienes puedan permitirte “estar mal” o desahogarte sin miedo cuando lo sientes así. Quizás sea mejor que durante un tiempo prestes más atención a la intención de quienes te rodean que a lo que dicen. A veces los que uno pensaba que serían los mejores compañeros de ruta no pueden compartir tu momento. Soportan tan mal el dolor ajeno que interrumpen tu proceso y retrasan tu paso hasta el final del camino. De todas formas no te cabrees con ellos por esto.
8.- AUTOSUFICIENCIA: No dejes de pedir ayuda. No interrumpas tu conexión con los demás aunque ellos no estén recorriendo este camino. Todos los que te quieren desean ayudarte, aunque la mayoría no sabe cómo hacerlo. Necestarás que te escuchen, NO que te den su opinion sobre lo que deberías hacer, sentir o decidir.
9.- NO TOMES DECISIONES IMPORTANTES: Vender la casa, dejar el trabajo o mudarte a otro lugar, aparecen como decisiones muy tentadoras en los primeros tramos del recorrido. Calma, estas son decisiones trascendentes que se deben tomar en momentos de suma claridad y no mientras te inunda cierto grado de confusión inevitable. Deja ese tipo de cosas para más adelante. La mayoría de esas cosas podrán esperar.
10.- EL OLVIDO: Recuerda lo que pasó, sin morbosidad pero sin escapismos. El proceso de duelo permite buscar para tu ser querido el lugar que merece entre los tesoros de tu corazón. Recuérdale con ternura y siente que el tiempo que compartisteis con el o ella fue un gran regalo. En cierto modo, nunca volverás a estar como antes de una pérdida significativa, porque ésta inevitablemente te cambia, pero puedes elegir si ese cambio será para mejor.
Jorge Bucay.
tomado del libro: "El camino de las lágrimas"
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