La marea regresará
Un amigo me contó una historia acerca de un ejecutivo que tenía un cuadro con una reproducción interesante en su oficina.
Era un bote de remos grande encallado en la playa. A su lado, colocados suavemente sobre la arena había dos remos, el océano, en marea baja, estaba a veinte o treinta pies de distancia. El bote parecía ser demasiado pesado para arrastrarlo, demasiado grande para moverlo. Simplemente estaba allí, encallado en la arena.
La imagen no era una obra de arte. No era inspiradora. De hecho, era deprimente. Ahí estaba ese bote, hecho para estar en el agua, un bote muy bueno, hecho para mecerse sobre la cresta de las olas, encallado en la arena.
Pero en la parte inferior de la imagen había una pequeña leyenda que daba sentido a lo que de otra forma habría sido un cuadro sin ninguna importancia. La leyenda decía: "La marea siempre regresa".
Con esa simple leyenda, la reproducción cobraba un nuevo sentido: cuando regresara la marea, ese bote encallado encontraría de nuevo su propósito. Volvería a donde se suponía que debía estar.
Me amigo me dijo que el ejecutivo de esa oficina una vez había tenido una enorme decepción. Pensó que nunca más volvería a sentirse alegre. Luego vio ese cuadro en una pequeña tienda de antigüedades y lo compró por unos pocos dólares. Cada vez que lo miraba se decía: "La marea regresará".
Esa imagen atizó la fe en su corazón. La leyenda le dio la esperanza de que las cosas cambiarían a su favor.
Es posible que te encuentres en una situación similar. Estancado. Encallado, después de perder tu propósito. Tal vez las cosas no te estén saliendo bien. Has perdido tu energía y tu entusiasmo.
Presta atención a estas palabras:
"La marea regresará".
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