jueves, 15 de marzo de 2018

Consejos para una buena nutrición en el adulto mayor

Consejos para una buena nutrición en el adulto mayor

Es común oír entre la población de adultos mayores que no tienen hambre. Esta anorexia ”fisiológica” como explica el Dr. Dante Alberti, especialista de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile

”Tiene múltiples causas, siendo la principal la social, pues un importante grupo de adultos mayores están solos y no se cocinan o no quieren comer porque están solos. También otra causa puede ser la salud bucal por presentar dolor al masticar. Además existe una disminución de las papilas gustativas lo que dificulta la apreeciación de sabores de los alimentos, lo que lleva a las personas mayores a agregar más sal”.

En esta etapa, el apetito, así como la cantidad de alimentos ingeridos tiende a declinar, por lo que se debe tener especial cuidado de entregar una dieta balanceada y atractiva de acuerdo a las preferencias de cada adulto mayor, pero que aporte una nutrición equilibrada y saludable.

Cuando los adultos mayores incorporan dietas saludables pueden revertirse o retrasarse muchos de los cambios asociados al proceso de envejecimiento. El principal objetivo al cual están dirigidos estos consejos, es evitar, detener e incluso revertir la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular,  asegurando de este modo, que muchos de ellos puedan continuar viviendo en forma independiente y disfrutando de una buena calidad de vida, que les permita compartir activamente dentro de la familia y de la comunidad.

En la etapa adulta mayor, la persona se muestra más vulnerable a las deficiencias nutricionales, por los cambios fisiológicos, físicos, psíquicos y sociales, de ahí la importancia de mantener una ingesta adecuada de nutrientes de acuerdo a la edad, sexo, a la actividad física que desarrolla y a las patologías presentes, todos ellos enfocados a detener la sarcopenia.

En adultos mayores con deficiencias nutritivas es frecuente ver disminuida la capacidad defensiva contra las condiciones ambientales, lo que se evidencia en ocasiones con fracturas, infecciones y en la aparición de enfermedades de difícil recuperación. En esta etapa de la vida, se debe hacer una distribución adecuada de los nutrientes para preservar la masa muscular, el sistema inmunológico y la función cognitiva . Asimismo, con una dieta balanceada se puede prevenir patologías como osteoporosis, anemia, enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres en especial de mama y de colon y mantener los niveles normales de lípidos en sangre, colesterol y triglicéridos.

Pensando en esta época del año, se recomienda incorporar aquellos alimentos “que liberan calor para aumentar la temperatura corporal”, todos aquellos de mayor densidad energética, como son las proteínas de alto valor biológico como el huevo o la carne o de menor valor biológico como leguminosas.

Los carbohidratos complejos (cereales integrales), fruta seca (ciruelas, descarozados en general), frutos secos (nueces, maní, almendra, pistachos, avellanas), sin restringir el consumo de los otros alimentos antes mencionado son un gran aporte de energía que ayuda a aprovechar en 1005 la ingesta de proteínas. Otro elemento vital es el consumo de agua. Debemos recordar, sostiene el Dr. Alberti que ” por el envejecimiento del sistema nervioso central se pierde el sentido de la sed por lo cual no hay que esperar que el adulto mayor pida agua. Es muy adecuado tener la acostumbre de beber al menos 1,5 litros por día. Es fundamental mantenerse hidratados, ya que el agua regula el volumen celular, transporta los nutrientes, remueve los desechos y regula la temperatura corporal. Es un elemento esencial, siendo indispensable para mantener el buen funcionamiento de los riñones, evitar la deshidratación y facilitar la digestión, entre otros. En situaciones de pérdida de agua (fiebre, sudoración, diarrea), la baja ingesta de agua tiene múltiples implicancias en la mantención de la salud y el tratamiento de las enfermedades. Por último,  los líquidos deben ser proporcionados, ya sea en jugos de fruta, infusiones de hierbas, caldos de verduras.

Pero ¿Qué significa tener una dieta equilibrada en esta etapa de la vida?

Significa comer abundantes verduras y frutas diariamente, tomar leche o yogur, según la tolerancia de cada uno. Es aconsejable la ingesta de calcio en comprimidos siempre recetados por su geriatra.

Se debe privilegiar la ingesta de alimentos con poca grasa, preferir el pescado, pavo, pollo o carnes rojas sin grasa, comer legumbres y granos enteros y beber mucha agua. Estos alimentos nos permiten estar sanos y vivir mejor, porque aportan una cantidad suficiente de proteínas, grasas esenciales, minerales, antioxidantes y agua. Gracias a ellos, nuestro cuerpo funciona bien y crea los mecanismos para defenderse de las enfermedades.

Recomendaciones sobre las bebidas

Disminuya el consumo de té y café porque alteran el sueño y son diuréticos, es decir contribuyen a la deshidratación, en especial cuando se toma poco líquido.
Beba agua en los intervalos de las comidas.
Si toma bebidas alcohólicas, disminuya su consumo a no más de una copa de vino tinto al día.
El alcohol modifica el efecto de los medicamentos, aumenta el riesgo de accidentes.

¿Por qué tomar leche?

La leche o el yogur son necesarios en todas las etapas de la vida, porque contienen proteínas para reparar y renovar tejidos y calcio, esencial para mantener los huesos sanos y prevenir la osteoporosis, todo de acuerdo a la tolerancia individual.

¿Cuánta sal consumir?

En muchas personas el exceso de sal de asocia a la hipertensión. Se recomienda disminuir el consumo de alimentos preparados con mucha sal, como los alimentos enlatados, las galletas saladas y las comidas preparadas

A no olvidar:

1.- Evita alimentos con escasos nutrientes como el azúcar de mesa y harinas refinadas.

2.- Reduce la ingesta de carbohidratos simples, ya que pueden desarrollar aumento de la azúcar en la sangre.

3.- Cocina no sólo tomando en cuenta sus requerimientos nutricionales, sino también los gustos y deseos del adulto mayor.

4.- Incluye, con la asesoría de un experto, suplementos vitamínicos como calcio, vitamina D, B, ácido fólico, magnesio, hierro, etc.

5.- Consume gran cantidad de alimentos naturales.

6.- Ingiere alimentos ricos en fibra, para mejorar tu función intestinal.

7.- Realiza ejercicio de manera constante y gradual, para favorecer el incremento del apetito, que muchas veces en esta etapa de la vida, se pierde.

8.- Evita las bebidas ricas en cafeína o con alcohol.

Fuente: Sociedad de Geriatría

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