Saber delegar en otras personas y tomarse momentos de respiro son básicos para evitar el estrés del cuidador.
El 89% de los cuidadores en nuestro país son mujeres, la mayoría cónyuges e hijas.
¿Qué síntomas alertan de estar sufriendo el síndrome del cuidador?
Es habitual que, según avanza el tiempo, el cuidador vaya manifestando ciertos patrones de conducta que se repiten en la mayoría de los casos: al responsabilizarse por completo del enfermo o dependiente (visitas médicas, higiene, alimentación, medicación…) deja aparcada su propia vida personal (cuidar de otro ya no le deja tiempo ni para el ocio ni para sus aficiones y amigos y trastoca su mundo anterior) lo que acaba por afectarle física y psíquicamente.
Los principales síntomas que pueden alertar de estar sufriendo el síndrome del cuidador son:
- Agotamiento físico y mental.
- Cambios de humor repentinos.
- Ansiedad y depresión
- Trastorno del sueño
- Alteraciones del apetito y el peso
- Aislamiento social
- Problemas de memoria y atención
- Problemas en el trabajo
- Consumo abusivo de alcohol y tabaco
¿Cómo se puede prevenir su aparición?
Los especialistas recomiendan:
1. Involucrar a los demás
Hay que saber hacer partícipes de la enfermedad al resto de los miembros de la familia e, incluso, allegados tanto para comentarles la evolución del enfermo, como para comunicarles los sentimientos y temores propios como cuidador y, sobre todo, pedirles ayuda.
2. Tomarse momentos de respiro
Tanto por salud física como mental resulta necesario tomarse momentos de respiro: una tarde para irse de compras, unos días de vacaciones, unas horas a la semana para practicar un deporte o darse un capricho… Tan importante es la labor de cuidador como la de saber delegar en otros esa tarea.
3. No abandonar la vida social
Focalizar la vida y el contacto diario únicamente en el enfermo es contraproducente. Hay que buscar tiempo para quedar con amigos, conversar y socializar con otras personas.
4. Fomentar la autonomía del enfermo
En la medida de lo posible dejar que nuestro familiar haga todo lo que le sea posible. No hay que sobreprotegerle ni avivar su dependencia.
5. Llevar hábitos de vida saludables
No descuidar ni la alimentación, ni las horas de sueño, ni el ejercicio y evitar el consumo excesivo de sustancias contraproducentes como el tabaco o el alcohol.
6. Formación y consulta a profesionales
Hay que ser consciente de las propias limitaciones. El cuidador debe pedir asesoramiento sobre la enfermedad y consultar con los profesionales médicos siempre que lo necesite. Conocer de primera mano la evolución del proceso crónico ayudará a manejarse mejor con el enfermo.
7. Aceptar que el objetivo no es la curación
El éxito de los cuidados está en conseguir que el enfermo tenga la mejor calidad de vida. No hay que atormentarse con el desenlace pero tampoco autoengañarse.
8- Entender los momentos de bajón
El cuidado del enfermo crónico va a producir momentos de bajón, cansancio e, incluso, tensión y enfado. Nadie tiene paciencia infinita y puede permitirse ser humano. Hay que saber reconocer estos periodos, asumirlos como naturales e intentar sobreponerse.
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#CuidandoAlCuidador
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