Navidad con Alzheimer.
Cada año, durante las fiestas de Navidad y de Fin de Año, la mayoría de familias se reúnen para pasar tiempo juntas. Son días de celebraciones, de cambios y es inevitable que afecten a todo el mundo: también a las personas que conviven con la Enfermedad del Alzheimer. En dos semanas se concentran muchos días de fiesta, fechas que, como es lógico, modifican la rutina que, para las personas afectadas de Alzheimer, es tan necesaria.
El objetivo de este decálogo es ayudar a las familias que tienen alguien afectado por la demencia a enfocarlo de forma sencilla. Por un lado, el o la cuidador/a principal tienen que poder descansar y aprovechar para recuperar fuerzas y, por el otro, la persona con Alzheimer tiene que poder mantener una rutina que la haga sentir segura y confiada, para evitar cambios de humor o alteraciones emocionales.
La persona con Alzheimer, en el transcurso de la enfermedad pierde capacidades cognitivas pero no emocionales. Es capaz de disfrutar, sentir y sufrir como cualquier otra. Hacerla sentir querida, respetada, ser parte de la familia o del grupo es el mejor regalo que le podemos hacer: unas fiestas que sean tiempo de confort y felicidad para todos.
1. Es recomendable que el paciente celebre estas fiestas en un entorno conocido. Si es posible y se trata de la casa de otra persona o de un restaurante, hay que procurar que esté relajado. Se deben evitar los temas de conversación que le puedan excitar excesivamente. A los niños hay que explicarles la situación de manera comprensible, cuidando que el enfermo no se agobie con el barullo del juego de los más pequeños.
2. Es una buena idea hacerles partícipes de la organización de las celebraciones, según la capacidad de cada uno, con trabajos sencillos y supervisados si es necesario.
3. No hace falta limitar los grupos, la persona con Alzheimer también puede participar en estas fiestas. No se debe entrar en conflicto por su forma de vestir, pero, con tacto, se debe conseguir que la vestimenta se adecúe al entorno de las fiestas.
4. Para gestionar la ansiedad lo más adecuado es separarlo físicamente del lugar donde esté y hacer alguna actividad relajada.
5. Ante la presencia de personas que no ve frecuentemente puede ocurrir que el paciente no les reconozca o no recuerde sus nombres. No hay que insistir en que sí les conocen.
6. Se debe vigilar la comida y la bebida. A menudo, las personas con Alzheimer no detectan la sensación de estar llenos y continúan comiendo, lo que puede generar malestar posterior. Con la bebida hay que tener precaución porque puede interactuar con la medicación.
7. Se ha de mantener la regularidad en las deposiciones y los hábitos de las micciones.
8. Hay que intentar mantener la actividad cognitiva y física habitual los días que duren las fiestas. Leer, jugar, pasear, pintar, bailar...
9. Se ha de procurar tener un ambiente relajado, sin ruidos estridentes y desagradables, sin alboroto. Y sobre todo, si la persona con demencia desconecta de la conversación o deja de participar, es importante que se respete esta pausa, pero poner atención igualmente a sus necesidades.
10. Debe ser una Navidad para todo el mundo. El cuidador principal debe dejarse ayudar y es importante organizarse para que no caiga todo en la misma persona. La persona con Alzheimer, en el transcurso de la enfermedad pierde capacidades cognitivas, pero no emocionales. Hay que hacer que se sienta querida, respetada y que forma parte de la familia o del grupo.
Fuente: fundacioace.com
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