Si algún día no recuerdo.
Si algún día no recuerdo… Si algún día no recuerdo, mi niña…
Hazme el favor de no olvidar tú.
Recuerda las risas, las miradas, las canciones.
No olvides que un día fuimos una. Y no sólo en esos nueve meses en que me aseguré de darte vida. Hasta que tú me lo permitas, cariño, seremos una.
Mis ojos seguirán mirando por ti, mis manos evitándote peligros, mi cuerpo acoplándose a tus necesidades.
Si notas que se fueron de mi cabeza momentos únicos, abrázame con fuerza. Muy probablemente, tu olor me los devuelva. Y si no ocurre, tráelos tú. Trae los momentos mágicos, los que se grabaron a fuego, y explícamelos. Puede que siga sin recordar, pero volveré a vivirlos, y todo volverá a ser como siempre.
Recuerda las letras de las canciones, los bailes a deshora, los dulces.
Los saltos en los charcos, los abrazos de calma a medianoche, los despertares de cosquillas.
No olvides que siempre te quise más que a mi vida, que tu felicidad fue mi única meta, que toda la vida la viví por ti.
Que diste sentido a las peores pesadillas, y no sé si te lo dije lo suficiente.
Abrázame fuerte y sentiré, a pesar del olvido, que siempre fuiste mi punto de llegada, mi hogar, mi “estar en casa”.
Ojalá no llegue nunca ese momento, vida mía, ojalá cuando sea viejita podamos explicarnos batallas y revivir historias, cogidas de la mano, riendo a carcajadas.
Pero si olvido, pequeña… Si olvido, relee estas líneas, no las pierdas nunca… Y no dudes que te amo como a nada, que eres el motivo de mi sonrisa.
Y vive, mi niña, vive profundamente, ríe y ama como si fueran recursos escasos. Vive para grabar recuerdos.
Y abrázame para traerlos de vuelta.
Carol García
Tomado de:
La brújula del cuidador
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