En la antigüedad, nuestros ancianos eran personas muy respetadas, sus opiniones tenían gran valor para los demás, como fruto de la experiencia adquirida con los años. Todos valoraban sus consejos.
Hoy se ha pasado a una indiferencia muy grande hacia los mayores. Ya no se busca su consejo, sino que se les manda callar. Diciendo que ellos no entienden ni saben de nada. Algunos molestan y han pasado a ser una carga. Por no decir quienes les abandonan,o se desatienden de ellos, alejándoles de las cosas importantes de la familia.
La mejor forma de tratar a nuestros ancianos, es dándoles amor, respeto y comprensión, recordando lo que ellos hicieron con nosotros cuando éramos niños. Devolviéndoles una pequeña parte de lo mucho que ellos nos dieron, de sus desvelos, sus sacrificios y su entrega desinteresada.
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