El Alzheimer, tipo de demencia degenerativa, es una enfermedad crónica que se manifiesta con síntomas cognitivos, problemas físicos, alteraciones emocionales y de comportamiento. Aparece un deterioro cognoscitivo continuo, gradual y progresivo en la memoria.
En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso del tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado, que tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más intelectuales, tales como hablar, comprender, leer, o escribir.
Aparecen trastornos como:
* Afasia: alteración en el lenguaje.
* Apraxia: deterioro de la capacidad de ejecutar actividades motoras.
* Agnosia: disminución en la capacidad de reconocer o identificar objetos.
* Alteraciones en funciones ejecutivas como son la planeación, la organización y la abstracción.
* Alteraciones neuropsíquicas y conductuales.
✅ Expertos identifican tres fases de la enfermedad, las cuales presentan distintos cambios y, gradualmente, mayor deterioro en la salud del paciente.
* Fase inicial: Tiene una duración aproximada de uno o dos años. Aparecen los primeros fallos en la memoria, así como un desinterés por lo que regularmente se hacía en la vida cotidiana. Los cambios de humor son constantes y se tiende a la depresión. Ya es muy difícil adaptarse a un entorno, lo que provoca desorientación.
* Fase intermedia: Dura de 3 a 5 años y existe un detrimento en la memoria remota y reciente. Aparecen alteraciones en el lenguaje, escritura y cálculo. Cada vez es más complicado realizar las tareas cotidianas.
* Fase terminal: La demencia ya se puede calificar como grave. La persona ya es incapaz de andar, el lenguaje es ininteligible o hasta se llega a perder.
✅ ¿Cómo apoyar a un adulto mayor que padece Alzheimer?
El paciente de Alzheimer debe ser tratado por un médico especialista y un psicólogo, de esa manera su calidad de vida será mejor y podrá retrasar el curso de la enfermedad con base en un tratamiento eficaz.
Existen diversos tratamientos a cargo de especialistas que brindan al paciente una oportunidad de mejorar su vida y su paso por la enfermedad. Además dentro del ámbito familiar para el cuidado del adulto se pueden realizar tareas simples y significativas que ayudarán al enfermo, entre ellas:
* Vivir en un ambiente estructurado y ordenado que le permitirá adecuarse mejor al lugar sin generarle estrés por los cambios abruptos.
* Crearle rutinas mediante horarios establecidos que se cumplan diariamente.
* Fomentar la actividad física y artística de acuerdo con sus posibilidades.
* Etiquetar los nombres de los objetos para permitirle recordar con facilidad.
* Consultar a un experto para establecer una dieta adecuada.
* Socializar con el adulto de modo que no se sienta solo, abandonado o incomprendido.
Es importante señalar que el paciente de Alzheimer experimenta muchos cambios y que eso le produce ansiedad y temor, por lo que es importante brindarle un espacio donde pueda sentirse bien y sienta el apoyo de la gente que lo rodea, así como el respeto, la tolerancia y la paciencia.
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